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¿Qué diferencia hay entre cremación e incineración?

15 Marzo 2024
diferencia entre cremación e incineración

Es habitual utilizar los términos incineración y cremación como sinónimos en el ámbito funerario, pero en realidad hacen referencia a dos procesos muy distintos. Ahora bien, ¿sabrías decir cuál es exactamente la diferencia entre cremación e incineración que hace tan necesario saber diferenciar ambos procedimientos? Descubre todo lo que tienes que saber sobre su significado y sobre cómo se desarrollan.

Definiciones y conceptos básicos

Para comprender mejor estos conceptos, es fundamental conocer la base de cada uno de ellos.

¿Qué es la cremación?

La cremación es un proceso funerario mediante el cual los restos de una persona fallecida son reducidos a cenizas utilizando altas temperaturas en un horno crematorio especialmente diseñado para esta labor.

Este servicio se ha popularizado como alternativa al entierro tradicional, permitiendo a las familias conservar las cenizas en urnas, esparcirlas en lugares con un significado especial o depositarlas en columbarios. La cremación es aceptada por diferentes culturas y religiones en todo el mundo, y además supone una opción más económica y flexible para muchas familias.

¿Qué es la incineración?

El término incineración, por su parte, hace alusión al proceso de quemar residuos orgánicos e industriales para reducirlos a cenizas. Este método se aplica a una amplia gama de materiales, por lo que no se refiere de forma específica al proceso de reducir cenizas a un fallecido.

La incineración es utilizada como una forma ágil y eficiente de gestionar desechos, algo que permite disminuir su impacto ambiental y reducir en gran medida la contaminación que estos producen. Es decir, no se trata de un procedimiento específico de los ritos funerarios.

¿En qué se diferencian?

La incineración, como ya hemos visto, es un término más genérico que hace referencia a la quema de todo tipo de residuos orgánicos, lo que permite transformarlos en cenizas, reduciendo el espacio que ocupan y la contaminación que generan.

La cremación, sin embargo, es un proceso específico que se aplica de forma exclusiva a los restos humanos de las personas fallecidas, con el fin de reducir el cuerpo a cenizas.

El proceso de la cremación

El proceso de cremación comienza con la colocación del fallecido en un ataúd que facilite la combustión, que después es introducido en un horno crematorio.

Este horno, precalentado a una temperatura de entre 800 y 1000 grados, incinera el cuerpo durante aproximadamente dos o tres horas. Durante este tiempo, el calor descompone el cuerpo en gases y cenizas minerales, los cuales son luego enfriados y procesados para eliminar cualquier residuo metálico.

Las cenizas resultantes son básicamente huesos calcinados molidos, y se entregan a la familia en una urna para que puedan ser conservadas, esparcidas o depositadas en función de sus deseos o los de la persona fallecida.

El proceso de la incineración

La incineración de residuos implica su quema en instalaciones especializadas conocidas como incineradoras. Este proceso se lleva a cabo en una cámara de combustión a temperaturas que pueden superar los 1000 grados, lo que garantiza la descomposición completa de los materiales.

Los gases emitidos durante la incineración son tratados en sistemas de limpieza con el objetivo de reducir al máximo la emisión de contaminantes antes de ser liberados a la atmósfera. En cuanto a las cenizas que se obtienen de este proceso, más manejables y menos tóxicas que antes, pueden ser utilizadas o eliminadas de distintas formas.

Ventajas e inconvenientes de cada procedimiento

La cremación, más allá de ser una alternativa al entierro tradicional, ofrece distintos beneficios a tener muy en cuenta a la hora de optar por ella.

Hablamos de ventajas como la reducción del uso de espacio en cementerios, la posibilidad de conservar o esparcir las cenizas en lugares con significado o un menor coste económico en comparación con los sepelios tradicionales.

Si hablamos de la incineración de residuos, es obvio que contribuye a reducir el volumen de desechos, pero lo que no todo el mundo sabe es que estos pueden emplearse para generar energía o alternativa ambiental a otros materiales.

Los dos procesos tienen sus propias características, pero una cosa queda clara: la incineración y la cremación persiguen objetivos muy distintos, y solo esta última es apropiada para el ámbito funerario.